lunes, 19 de mayo de 2014

Guabirá respira en el Clausura


No hubo descenso, Guabirá se aferra a la Liga, la victoria de ayer ante Bolívar (2-1) en la ‘Caldera’ le da una luz de esperanza para quedarse en primera. Los de Álvaro Peña ganaron bien, es más, pudieron haber goleado a un Bolívar que pareció desgastado tras la clasificación a las semifinales de la Libertadores; aunque eso no le quita el gran trabajo hecho por los azucareros. Ahora, a los rojos les queda jugarse ‘la vida’ el domingo ante San José, en Oruro.

Ganando en el Jesús Bermúdez, en la última fecha, salvarán la categoría, por más que Aurora derrote a Nacional Potosí en el Félix Capriles. Ganar ayer era imperioso y lo consiguió, sobre todo gracias al despliegue de Antonio Tórrez, al ímpetu de José Alfredo Castillo y a la claridad que le dio al juego el volante argentino Matías García. Fue efectivo en el primer tiempo y aunque Bolívar descontó en el complemento, el resultado no se movió: Guabirá todavía respira aire de primera.

El trabajo de García en la primera parte fue clave, socio ideal en la cancha de Antonio Tórrez, ya que permitió al local apostar a la sorpresa, a los pases entre líneas y a aprovechar dos armas letales: la velocidad de Diego Cabrera por izquierda y el oportunismo de José Alfredo Castillo. Eso sí, tuvo que aparecer dos veces el arquero Federico Elduayen para poner paños fríos a las arremetidas de Sánchez Capdevila, el más peligroso de la visita.

Pero la pelota era del local y a los 19’ lo ratificó con una perfecta llegada de Castillo cuyo zurdazo acabó muy arriba y con otro zapatazo de ‘Manacha’, que acabó cruzando todo el arco de Romel Quiñónez (22’). Guabirá lo merecía y a los 25’ llegó el primero. García habilitó a Cabrera que solo ante Quiñónez remató cruzado y provocó el delirio entre los hinchas por el 1-0. Pero no se conformó porque a los dos minutos vino otra jugada decisiva.

Cabrera encaró solo a pase de García, Quiñónez tuvo que salir a cerrar y tocó con las manos la pelota fuera de su área. El juez no dubitó y lo expulsó, era otro golpe sicológico para los rojos. Tras los reclamos y el ingreso de Marcos Argüello por Callejón, Castillo pidió el remate, acomodó la pelota y acabó clavándola en el ángulo derecho del meta argentino para poner el 2-0, a los 30’. Lo que hacía Guabirá era increíble, se daba vida y apuntaba a rematar a su rival en el complemento.

Segundo tiempo

Guabirá comenzó a toda máquina, tan solo dos minutos se habían jugado cuando Cabrera pudo aumentar encarando solo a Argüello, aunque su potente remate fue devuelto por el meta. Pero no fue la única opción, porque a los 49’ otra vez ‘Manacha’ desperdició una opción increíble al intentar definir de taco un centro de Torrico, tras gran desborde.

Bolívar no tenía dinámica porque, además, Sánchez Capdevila dejó su lugar a Saavedra. Pese a ello logró el descuento con el único desborde del ‘Conejo’ Arce que se sacó de encima a Ojeda y envió un preciso centro para que Ferreira definiera (54’). Los nervios comenzaron a aflorar.

Álvaro Peña optó por jugársela por Antonio Parada en vez de Cabrera, aunque no obtuvo respuesta. Guabirá perdió peso ofensivo, más allá de que después introdujo a Darwin Ríos que sobre el final casi reventó la pelota en el poste en la única jugada de riesgo de la que gozó. Al final, Guabirá se alzó con la victoria y el festejo fue como una final. Es que de verdad se ganó la primera final, falta la segunda


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