Montero cambia cuando juega Guabirá, es así, como una especie de “estado de gracia” que vive la ciudad cuando juega el rojo del norte y más en Liga. Ayer desde la entrada de los hinchas con banderas y poleras rojas. Sumado a las bandas que alientan al club, todo hacía sentir bien a los visitantes de San José, pero lo más significativo fue el intenso calor vivido en la ciudad norteña, sufrido por jugadores, hinchas, periodistas, fotógrafos y dirigentes.
Todo vale para combatir el calor. Familias enteras asistiendo al estadio Gilberto Pareja, mientras el termómetro supera los 40º de temperatura.
Los jugadores los primeros en reaccionar ante el calor, solo había pasado seis minutos de juego y ya varios futbolistas (de ambos equipos) se acercaban a sus respectivos bancos de suplentes para recibir agua.
Por eso cuando el árbitro cochabambino Orosco hizo detener el partido para que los futbolistas pudieran refrescarse, más de uno salió corriendo en busca de recuperar cuanto antes el líquido perdido ante tanto calor y esfuerzo.
Los hinchas, más quienes estaban de frente al sol, utilizaron todo tipo de métodos para tratar de apaliar las altas temperaturas, desde los cojines de plastoformo hasta pedirle a algún vecino que les convide agua. Todo sirvió y como siempre el hincha jamás se alejó, el calor no es excusa para aminorar la pasión.
Ferrufino y los hinchas rojos, un duelo aparte. El Gilberto Parada es uno de los estadios donde el visitante más siente el asedio del público, y así lo vivió Marcos Ferrufino, DT de San José. Entrado el segundo tiempo más de un hincha le gritó al DT y exfutbolista, con la goleada ya consumada, los fanáticos de Guabirá aprovecharon para bromear con el entrenador. Pero el DT solo atinó a mirarlos, ante algún que otro insulto el estratega solo los ignoró. Didí Torrico fue blanco de los hinchas, quien pasó por el equipo rojo.
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