lunes, 17 de septiembre de 2018

Víctor Hugo Antelo: “El fútbol es para los intrépidos, no pueden jugar los que son pasivos”

Pocos técnicos –o personas de fútbol- son tan frontales como Víctor Hugo ‘Tucho’ Antelo. El hoy DT de Guabirá va directo, sin mezquinar nada y con un tono característico solo de él. Habla de la selección, de su apuesta por los jóvenes, de por qué es tan difícil que un equipo de Santa Cruz salga campeón y de su mirada sobre las menores. 100% Tucho. 100% directo. Para no perderse lo que dice el exgoleador.

Hay un mérito tuyo en darle chance a los más jóvenes, ¿cómo te animas?


Porque llevo ese pensamiento desde que comencé a jugar. Cuando era joven siempre veía cómo muchos te ponían trabas, te traían a otros delanteros porque no confían en los bolivianos. Yo lo sufrí y me preguntaba ‘¿por qué traen a un tipo si yo salí goleador?’ En el 84, por ejemplo, metí más de 40 goles y al inicio de la temporada me trajeron a un ‘9’. Yo me decía ‘¿por qué, por qué…?’ Y en realidad cierta culpa la tienen también los técnicos que muchas veces no confían en los muchachos, a lo mejor dirán ‘se va a caer después’. Pero no es fácil meter jóvenes, no es fácil.

¿Cuáles son las dificultades con las que uno se topa cuando se opta por jóvenes?


Primero con la formación. Es que llegan muchachos que a veces no tienen ni idea de un sistema táctico… ni idea. Muchas veces sus técnicos solo les enseñan a jugar, pero no a pararse tácticamente. Y otro tema es que no les enseñan a ser deportistas, porque hay tipos que juegan dos partidos bien y se creen que son los mejores del mundo.

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¿Vives eso con frecuencia?


Claro, lo tropiezo. Tengo a diez muchachos en el club y no es fácil. El que tiene o ha tenido hijo adolescente lo sabe, la misma palabra adolescente dice que adolecen del sentido de la ubicación. Uno ve que de pronto le habla un empresario y lo marea, además que consigue nuevas amistades y eso tiene –en ocasiones-, duras consecuencias.

Vos sacaste a aquellos que iban y te desconcentraban a los jugadores…


Sí, sí, tuve choques con algunos empresarios porque ellos iban y los distraían a los ‘pelau’, así nomás. Por eso les decía que el que tiene hijo adolescente lo sabe, que a veces no entienden lo que el padre les dice… y estamos hablando que el tipo es tu sangre y piensa que vos estás equivocado. Entonces imagínate con un extraño, es peor que con tu hijo, porque en fin con tu hijo vas a luchar, le vas a hablar fuerte, lo vas a castigar para decirle cuál es el camino. Al menos mi padre me crio así. Entonces no es nada fácil.

¿Hay apoyo de la dirigencia?


En este caso sí, al presidente (Rafael Paz) le gusta ver muchachos en su equipo, que surjan jugadores. Eso sí, a veces las cosas flaquean cuando los resultados no salen. Cuando salen, todo está bien, que lo metió al chico, que hizo un buen partido y todo bien. Pero si los resultados no salen van a decir que con muchachos no se ganan campeonatos, la vieja frase que los ‘chicos ganan partidos y los grandes campeonatos’; o sea, todo está supeditado a los resultados.

¿Pero si pierden igual están ganando a futuro, ¿o qué pensás?


Sí, pero tenés que sumar en la tabla; yo lo he vivido cuando estuvimos cuatro partidos sin ganar y la cosa no ha sido fácil porque han comenzado a cuestionarme que mejor este chico, que mejor el otro que tiene más experiencia. El otro día yo dejé suplentes a (José Alfredo) Castillo y a (Marcelo) Aguirre y perdimos. ¿Qué dijo la gente? Que los dos hacían falta. Aquí los resultados son los que mandan y cuando no se dan, es ahí donde se conoce el verdadero apoyo del dirigente. Nosotros en Guabirá hemos tenido dos Sudamericanas. ¿Hace cuánto que Guabirá no se clasificaba a un torneo internacional? Como 23 años y nosotros jugamos una Copa y estamos clasificados a otra; entonces hubo resultados pero veremos qué pasa cuando no hayan.

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¿Qué aspectos fueron vitales para llegar a la Copa?


Creo que encontré el momento exacto en jugadores que querían la gloria. Chicos que habían jugado solo algunos partidos pero que querían ser alguien. Nosotros llegamos y no solo les cambiamos el chip sino que también cambiamos jugadores –como ocho variantes- y les dimos confianza. En Guabirá yo cambio mucho, intento hacer una competencia leal, porque el que no juega bien sale y tiene que entrar otro a pelearle el puesto. Es una competencia que tiene que haber en todos los equipos, porque si el muchacho se acostumbra a jugar mal, dos, tres partidos, va a terminar siendo un mediocre.

¿Y los nombres?

En el fútbol ya no existen los nombres, ahora la cosa es corriendo; el que corre, juega. Los nombres solo le importan a la gente, pero yo como entrenador, la verdad, no le miro la placa al jugador, si se tiene que sentar, se sienta, no hay problema. Y si se tiene que enojar, pues mala suerte, porque el día que un entrenador le tenga miedo a un jugador de nombre, no puede dirigir, ¡no puede dirigir!
Ve muy difícil su parada en la selección
“Yo no me dejaría jamás armar la lista. Acá se ve cada cosa, con jugadores que no han jugado en primera y son llamados”, sostiene. Se quejó duro contra la cancha de Montero. “No le entienden los que la tienen a su cargo”


¿Pero acaso no es bueno que un jugador se moleste cuando lo sacan?


Sí, pero algunos se molestan a la mala y ponen mala cara en los entrenamientos, están con desgano, y yo, la verdad, prefiero que ese jugador se vaya. Otros luchan, que es lo correcto, que si perdieron el puesto, es con trabajo para recuperarlo.

¿Experiencia y juventud, ese es el estilo de Tucho?


Siempre fue mi estilo ese, siempre, aunque sé que corro un riesgo. Mientras tengo el apoyo de un dirigente, voy a quedarme. En varios lugares he trabajado bien, pero cuando me han quitado el respaldo –porque los clubes no son míos-, qué tengo que hacer, me doy cuenta y me voy. Es que muchas veces el dirigente prefirió socapar otras cosas que no eran correctas y me quitó el apoyo.

¿Sos directo con el plantel? El otro día les dijiste que ninguno merecía ir a la selección en este momento…

¡Pero claro! Me imagino que algunos lo han tomado bien y otros mal. Es de acuerdo al contexto que uno lo tome. Incluso un periodista me habló y me dijo que cómo voy a decir eso, que voy a ‘achicopalar’ a mis jugadores; pero es que yo no puedo alimentar mediocres. Imaginate si sos décimo, no podés ir a la selección boliviana ¡no podés!, o sea, porque no lo merecés. Considero que ir a una selección es un premio a que vos estás jugando bien y si estás jugando bien tu equipo tiene que estar de mitad de tabla hacia arriba. Por eso yo les decía, según el contexto que lo tomés vos, porque si llamás a alguien que está décimo, no es correcto… ¡no es correcto!.

¿Lo mismo puede pasar con el técnico?

Si mi nombre suena para ir a la selección, yo no merezco ir a la selección ahora porque estamos décimos. No merezco. Tiene que ir un tipo que esté peleando por el primer lugar. Algunos, como les dije, lo habrán tomado bien y otros mal, pero ni modo, mala suerte, lo siento. Lo toma mal el tipo que no tiene ambiciones, el que no quiere ser un tipo de primera. Es que ¡no es posible que llamés a un décimo… no podés! Aunque en nuestro país he visto cada cosa. Llaman al que no ha jugado, al suplente y decime, ¿qué explicación le das al titular?.

¿Viviste esto último?

Lo viví en carne propia porque yo metía treinta y tantos goles por torneo y llamaban a uno que era mi suplente y que había metido dos goles en el año. No podés engañar a la gente. Es mejor decirle una verdad que duela a una mentira que engaña. Yo se los dije a ellos (sus jugadores) antes del partido ante Oriente. ‘Miren muchachos, si nosotros ganamos vamos a ser terceros y van a llamar a cuatro jugadores a la selección, porque si no los llaman, vamos a hacer un escándalo’. Es que no puede ser que no llamés a jugadores de un equipo que está tercero. ‘Pero jóvenes, si perdemos, vamos a ser décimos y posiblemente solo llamen a uno, a Hoyos’. Se los nombré y no llamaron a nadie que es lo correcto. ¿Qué vas a reclamar? Yo como entrenador quedo con la boca cerrada, porque cómo voy a reclamar por alguien que está décimo. Un ganador lo toma bien y un perdedor se va a enojar.

Sixto Vizuete ya es el técnico y en algún momento sonó tu nombre por el coraje que has tenido de poner jóvenes. ¿Te hubiera gustado?

No, no me interesa la menor. Porque a las menores tiene que ir un técnico con vocación de entrenar a niños, a jóvenes, a peladitos de 15 o 16 años. Yo no tengo esa experiencia, yo solo trabajo con mayores. Por ejemplo (Juan Carlos) Farah me parece perfecto, es alguien que está trabajando con las menores desde hace más de 10 años, conoce la A, la B, Ascenso… todo. Incluso Napoleón Cardozo; esa gente tiene que estar ahí. Yo lo único que hago es ver a un ‘pelau’ (joven) que juega bien, lo pulo y lo meto, me arriesgo. A lo largo de mi carrera ustedes han visto la cantidad de muchachos que he metido, empezando por (José Alfredo) Castillo, (Miguel) Hoyos, (Carlos) Saucedo y otros más. Es cuestión de animarse.

¿Descartado completamente entonces?

Yo te lo estoy diciendo, si yo fuera un vende humo te diría voy con las menores, pero no, tenés que ser honesto. Yo no estoy para entrenar ‘peladitos’ (chicos), no tengo vocación… estoy cuarenta y tantos años en el fútbol y no puedo vender humo, solo por el sueldito. Yo trabajo solo con profesionales, con mayores. Quizá cuando me haga un poquito más mayor con algo más de paciencia, puede ser, pero ahora mismo ¡no! Esto no tiene que ser poner a cualquiera.

Cuál es tu mirada con el nuevo ciclo en la selección, ¿hay material, hay plantel?

Si ustedes ven, se convoca casi a los mismos. No hay mucho. Por ejemplo, en algún momento, de Guabirá merecían ir unos tres, como Montenegro, Ibáñez… y nunca me los llamaron. Llamaban a los mismos. Antes yo reclamaba, ahora no puedo. Esperemos recuperarnos y de ahí vamos a seguir empujando para que los convoquen. A veces veo, como te dije, que se convocan suplentes, jugadores que no han jugado un solo partido en la primera división. Eso qué quiere decir, que alguien me lo explique. Veo que convocan a Juan Pérez y Juan Pérez no ha jugado un partido, o por ahí ha jugado dos o tres y ya lo llevan. La selección mayor no es pues para probar... ¡es para resultados! Eso es lo que yo pienso. Tenés que ser figura en tu equipo, hacer méritos para ir, pero de pronto vos ves que llaman a jugadores que nunca los he visto. Eso lo veo mal, porque es en desmedro del jugador que se está rajando por ser alguien. Llaman a desconocidos, con un solo partido en primera, cuando hay otros que llevan más de dos o tres años de titulares y no los convocan.

Vuelvo a Guabirá. Hay quienes critican tus gestos o la rabia que expresas en cancha. ¿Cómo analiza Tucho Antelo esta situación?

La imagen de un equipo, es la imagen de su técnico. El fútbol es como uno es. Si yo me siento los 90 minutos, que lo puedo hacer, tomándome un refresco, una sodita, mi equipo va a ser un equipo cansino. Yo vivo como es el fútbol y mientras hayan resultados todo va a estar bien, porque cuando los resultados no te salgan, van a decir ‘que mucho les grita y los pone nerviosos’. Y eso en el fútbol ¡no existe! Cuando un jugador dice que se asusta porque el técnico le grita, no puede ser futbolista ese hombre, tiene que irse del fútbol, porque el fútbol está hecho para tipos que gritan, el fútbol es contacto. Tus compañeros te insultan, los rivales, el público donde hay como 30.000 personas en las gradas y si vos sos un cobarde y tenés miedo, no podés ser jugador de fútbol. Yo he tenido jugadores que han sido solo de entrenamiento y ustedes los han debido de conocer, que la rompen en las prácticas pero en los partidos no pasa nada. ¿Qué pasa ahí? Falta de personalidad. Muchos dicen que hay que darles confianza… ¡mentira!, el fútbol es para los intrépidos, no pueden jugar los tipos que tienen un carácter pasivo, esto es para intrépidos.

¿Cómo ves el fútbol cruceño con 6 de 14 equipos en primera?

En cuestión de promoción de valores es bueno. Pero es difícil que un equipo de acá salga campeón… ¡Tenés que tener un equipazo!, de lo contrario es complicado por el tema de la topografía de nuestro país. Sucede que al jugador hoy vos le pedís jugar a 100 por hora y a los tres días, le pedís que no corra a 100 porque no te va aguantar ni dos minutos. Es complicado, complicado, tenés que tener un equipazo.

Y eso es con buena inversión…

Tremenda, en jugadores con mucha jerarquía. Yo les digo a los jugadores, para ganar en la altura tienen que pasar estas cosas o no vas a ganar: Que metás las dos que tuviste durante el partido, que tu arquero sea figura y que el rival, de las 20 que tenga, falle 19. Hay muchos tipos que dicen ‘¿y por qué se meten atrás?’ ¡Te meten! No es que vos te metás. Nuestra topografía es complicada, es difícil.

¿Cómo ves a los ‘9’ de los equipos del país?

Ahora no hay, ustedes fíjense que los goleadores son mayores. Está Saucedo, Castillo y los demás son extranjeros. No hay.

¿Y de proyectos?

No he visto también. Si ustedes se fijan la mayoría de los 9 son extranjeros, el 90% más o menos. Fíjense que eso demuestra que hubo un retroceso en nuestro fútbol. Un 9 (centro delantero) tiene que patear penales, tiros libres, ir bien por arriba, tener remate, o sea, completo.

¿Te gustan los partidos entre cruceños?

¡Son partidazos! Yo no me pierdo ninguno porque sé que va a haber un buen partido, la cosa es pareja, es sacarse la mugre. Creo que una forma de salir campeón es ganarle a todos los cruceños. En la época del bicampeonato, con Blooming, les ganamos a todos, a Oriente ida y vuelta, a Real (Santa Cruz), Destroyers, Guabirá… a todos.

¿Qué te dice el estado del gramado de la ‘Caldera’?
Espero que el árbitro del partido con Bolívar, no permita que se juegue. Tiene que suspender el partido… ¡no podés jugar en esa cancha! Está llena de bolas. Increíble

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